En el noroeste peninsular los castaños fueron introducidos por los
romanos con el fin de alimentar a los esclavos. En la zona de Santa Leocadia se
produce la variedad "parede", que no es la más grande pero sí la más
dulce y fina. Tradicionalmente se comen crudas, en caldo, asadas y
cocidas con leche. Actualmente se nos presentan también en puré, en
harina, de acompañamiento en platos de carne, como base para postres, y
hasta en almíbar a modo del "marrón glacé" de los franceses.
Aquí los abuelos les tienen especial cariño, ya que como muy bien dicen, "las castañas después de la guerra quitaron mucha hambre", refiriéndose a la Guerra Civil de 1936.
Ingredientes: (castañas con leche)
- castañas
- finollo (hinojo)
- leche
- sal
Preparación:
La
mayor dificultad está en pelar las castañas. Lo primero es quitarles la
cáscara exterior y darles un hervor en agua, para a continuación poder
pelar más fácilmente la piel interior. Una vez realizada esta operación
ya podemos poner a cocer las castañas en una tartera, añadiendo un poco
de sal y una rama de finollo (a falta de finollo podemos utilizar unos
gramos de anís verde). Cuando al pincharlas notemos que están blandas,
esto sucede como después de hora y media a dos horas de cocción, las
retiramos del fuego y las escurrimos bien. Las podemos envolver en un
paño dejándolas en la misma tartera, de esta forma se secan y no se
reblandecen. Se sirven en un tazón, se les añade leche y a cenar.
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